Por Margot Anacona
Después de preocuparse por la búsqueda de posibles sobrevivientes y la identificación de los cuerpos el énfasis está puesto en la investigación. Santiago Figueroa era dueño y piloto de Transportes Aéreos Robinson Crusoe, agencia en la que realizó alrededor de tres mil vuelos en sus cuarenta años volando a la isla. Desde su experiencia describe los viajes como tranquilos, porque sobre mar no hay irregularidades que enfrentar ni se generan turbulencias, los vientos sólo pueden retrasar o favorecer un vuelo que tarda entre dos y tres horas. “Yo me siento más seguro volando a la isla que atravesando Santiago en auto. Los problemas empiezan cuando uno llega allá”, dice.
La pista de aterrizaje de poco más de mil metros conocida por los isleños como “La Punta” está en una meseta que comienza y termina en acantilados donde vientos que en el continente no causan mayores problemas, en este lugar podrían provocar complicaciones en la llegada.
- ¿Cuáles son las condiciones de aterrizaje en el aeródromo de la isla?
Se disminuye la velocidad para aterrizar, especialmente en una pista que no es muy larga. Las ruedas conocidas como tren de aterrizaje se bajan y se despliegan unas superficies de las alas llamadas flaps para darle mayor sustentación al avión. Son los minutos en los que está más desprotegido pues a mayor velocidad, obedece mejor a los mandos. En caso contrario, se pone flojo y no responde hasta el punto en que baja demasiado traspasando la velocidad mínima de control. Cuando los vientos del lado oeste atravesaron la pista, atacaron a la piloto en su momento más vulnerable.
- Desde su experiencia, ¿qué cree que ocurrió realmente?

Para determinarlo hay que esperar la investigación porque lo definitivo lo dirá el fiscal de aviación. Planteo mi hipótesis sin menospreciar la pericia de la piloto porque podría haberle sucedido a cualquiera.
- Entonces, ¿usted no cree que la experiencia sea un factor importante en el accidente?
Sí, pero no cualquier tipo de experiencia. Es posible un desconocimiento particular sobre los vientos racheados que encuentras a veces en la isla con variaciones de intensidad y de dirección. Hay momentos en que desaparecen pero en fracciones de segundos vuelven a llegar con una intensidad tremenda, nunca son fijos.
- ¿Cómo afectan las rachas en el aterrizaje?
Supongamos que llegan ráfagas de aire de la mitad de la velocidad a la que se vuela y que se suman a la del avión. Pero al cortarse la racha lo deja a un nivel bajo el mínimo de control. Aunque el piloto lo intente, no le obedecerá y la pérdida de la velocidad lo transforma en un auto sin aerodinámica que no vuela y se cae. En el segundo intento de aterrizar que realizó la piloto hizo un viraje con lo que perdió más sustentación. Un conocedor del tema seguramente no habría girado, se hubiese mantenido sin montar hasta recuperar velocidad para defenderse del viento racheado y subir las alas. Pero ella ascendió, viró y se fue hacia abajo. La piloto no podía regresar porque no tenía autonomía para hacerlo. Los aviones comerciales que vuelan a la isla por disposición de la Dirección de Aeronáutica tienen la obligación de tener combustible para ir, volver y 45 minutos más de reserva. Si yo no puedo aterrizar y me veo en aprietos, simplemente vuelvo al continente. Pero ella no tenía otra opción. Debía conseguirlo sí o sí.
- Considerando que en la planificación del vuelo la única alternativa en casos de emergencia es regresar al continente porque no hay otra pista cerca, ¿no le parece un descuido o un error viajar en esas condiciones?
La Fuerza Aérea no opera con los mismos criterios que la aviación comercial porque tienen misiones diferentes. A mí no me corresponde criticar, no sé si con lo ocurrido querrán cambiar algunas condiciones, pero no estaban cometiendo ninguna irregularidad. El desastre se debió a una serie de situaciones muy críticas y a no tener la cantidad suficiente de combustible para ir y volver.
- Pero la falta de combustible no es un “problema” porque es un avión militar que no se rige bajo las mismas normas. Pero si hubiese tenido más combustible, volver hubiese sido una alternativa mejor, ¿o no?
Por eso los aviones comerciales deben cumplir con ciertas obligaciones. Seguramente la piloto sabía que no tenía combustible suficiente para regresar. Debe haber sido una carga terrible porque tenía que aterrizar en pésimas condiciones sabiendo que las posibilidades de lograrlo eran remotas y para poder pensar bien es necesario no tener esa carga emocional. No porque haya sido mujer, le pudo pasar incluso a un piloto con mayor experiencia.
- ¿Estas condiciones climáticas no se pueden prever?
Sí, es posible. Por lo menos en parte. Yo ignoro, para ser sincero, cuál fue el tiempo que le dieron a ella antes de despegar y si era el mismo con el que se encontró.
En los cuarenta años que Santiago voló a la isla sólo no se devolvió más de seis veces al continente sin poder aterrizar. Aunque en varias oportunidades se quedó en Santiago esperando hasta mediodía o cancelando los vuelos, nunca él ni ningún pasajero salió accidentado en el aterrizaje. El tiempo no le jugó una mala pasada porque él prefería asegurarse y además de consultar con las mediciones tradicionales conversaba con baquedanos, personajes nacidos en la isla y conocedores de su clima.
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