jueves, 14 de octubre de 2010

Perfil Sebastián Badilla




-Hace tiempo quería conocerlos. La verdad es que Ortiz está bien complicado este año. No está nada de bien -dice un director de colegio que conversa en un patio con los padres del alumno Andrés Ortiz-. Mucho cine parece.


-Andrés, escucha, es lo mismo que te digo yo -dice la mujer con el ceño fruncido. El gordo estudiante de lentes negros los mira con atención agachando un poco la cabeza.

-Y está en situación de repitencia por el cine -agrega firmemente el director, el personaje interpretado por Felipe Avello se burla del alumno durante todo el cortometraje “Repitente” por su físico y su gran pasión-. A todos nos gusta el cine, está bien como una actividad paralelas pero él lo está tomando como una profesión cuando esto es un hobbies, esto es un hobbies que se ha transformado en una obsesión.


“Repitente” es la historia de Diego Ortiz, un alumno que está a punto de repetir por tercera vez en un establecimiento cuyo nombre es encubierto con un pitido pero que termina claramente con “de Ercilla”. Al principio, el cortometraje advierte que está basado en hechos reales pero finaliza asegurando que cualquier semejanza con la realidad no es más que mera coincidencia. Aunque no lo es. Ortiz es el reflejo exagerado de la experiencia propia de Sebastián Badilla, más conocido como Sebadilla, un joven cineasta, director, actor y productor.

Este cortometraje es el trabajo que más lo identifica, según su hermano Gonzalo. “Yo creo que al Seba lo marcó haber repetido en el colegio. Y por lo mismo, escribió una historia para ‘vengarse’ de cierta manera”, agregó el estudiante de publicidad. Y aunque dicen que la venganza nunca es buena, ésta tuvo sabor a éxito. A sus 16 años y sin esperarlo, el cortometraje llegó al Festival de Cannes, para participar en la muestra Short Film Corner 2008, donde productores y distribuidores sacan ideas para realizar obras mayores. El Cine Arte Alameda, donde Badilla ha estrenado varios de sus trabajos, y su productora Gitano Films apoyaron la exhibición del cortometraje. Ese año fueron sólo dos cintas chilenas las que participaron en el festival, la obra de Badilla y “Pejesapo”. “Yo no estuve en la selección oficial, pero fue muy bonito que algo en la vida me dijera que ese era mi camino. Fue lo que motivó a mis padres a no golpearme por mucho tiempo por haber repetido de curso”, dijo Sebastián Badilla. Aunque según su hermano, en ese momento él no tenía muy claro que quería dedicarse en serio al cine. Así que sus padres, ambos empresarios, no tomaron muy bien la repitencia pues lo habían intentado todo, incluso ponerle profesores particulares en todos los ramos con los cuales Sebastián debía pasar tardes de tortuoso estudio. A él nunca le gustó el colegio y académicamente no le iba bien, a diferencia de sus hermanos mayores Gonzalo y Macarena, por lo cual sus padres presentían que su desinterés en los estudios lo harían desempeñarse en una carrera poco convencional.

El colegio marcó a Sebastián y su relación con las mujeres porque estudiaba en un establecimiento marista sólo para hombres, el Instituto Alonso de Ercilla. Con un gran rechazo, siempre sintió que no pertenecía a la sociedad en sí, que era un bichito raro y sin pretenderlo se volvió menos sociable, aunque reconoce que eso le ha permitido dedicarse completamente al trabajo. “El Alonso de Ercilla era muy penca porque si no quieres ser abogado, ingeniero o médico te hacen la vida imposible. Todo era muy cuadrado. Yo rompía el esquema. El gordido, pálido, de lentes que no juega a la pelota y que quiere ser cineasta, simplemente era como pa’ matarlo”, dijo Sebastián.

Aunque le da cierta envidia, tampoco siente que era ni es parte de la juventud. Sebastián no fuma ni bebe, apenas ha ido a fiestas porque se aburre. Los viernes se acuesta a las nueve y prefiere ver una película o leer un libro. Antes de salir a carretear prefiere tomar un helado, ir al cine en la tarde y terminar temprano, porque le parece que la noche es peligrosa pero ideal para aprovechar el silencio y escribir.

Le cerró la puerta a ser un adolescente normal en su primera fiesta del colegio. Se sorprendió con la invitación y salió a comprar con su mamá una camisa nueva para ir, pero terminó decepcionado por la lucha de comida que se desató. Todos estaban tomando y a los 14 años se curaban muy fácilmente. Aunque la mayoría se ensució, a Sebastián le afectó mucho más. Quizás porque en el fondo era más sensible. A veces se dice a sí mismo qué ganas de haber vivido esas cosas, de haber pololeado, haberse graduado, de haber vivido el último día de clases o hacer una fiesta el fin de semana sin padres en la casa. Pero Sebastián cree que finalmente esto le sirvió porque toda esa envidia sana que sintió es lo que plasma en sus vídeos. Y ahora, poco queda de ese gordito que sufría en el colegio, aunque todavía la comida es su placer culpable, en especial la chatarra y los kuchen con mucha azúcar. Gracias al apoyo de sus padres, Sebastián Badilla terminó la semana pasada el cuarto medio en el centro de estudios para artistas y deportistas Athletic Study Center, colegio del que han salido Marcelo Ríos, Nicole Perrot y algunos integrantes de Kudai. El colegio creado en 1989, propone un programa de estudios flexible para que los alumnos puedan entrenar, practicar, ensayar y competir.

El joven que cumple 19 años el próximo lunes comenzó a realizar cortometrajes a los 14 años. Aunque partió como el actor más frecuente de los vídeos de Gonzalo, que solían ser versiones propias de películas de terror. Usando una cámara que pertenecía a su hermano, siguió sus pasos haciendo partícipe a toda su familia de los papeles protagónicos, aunque los primeros actores de Sebastián fueron sus figuras coleccionables y las que él mismo hacía con plastilina.

Pero la cámara de Gonzalo que era antigua y grande se echó a perder en noviembre y los padres de Sebastián le regalaron una nueva para navidad. Él decidió seguir grabando y presentó a su familia el primer cortometraje que grabó. Arriesgó la cámara y grabó a su abuela mientras se bañaba sin que ella se diera cuenta. Al ver las imágenes, la familia completa se rió, incluso su abuela. Sin embargo, después de la broma su mamá mostró su enojo, lo retó diciéndole que esas cosas no se hacían y lo obligó a borrar frente a ella el vídeo. Desde ese momento, Sebastián pensó que si no podía filmar sus perversiones tendría que contar historias para filmar las cosas divertidas que quería. Entonces tomó otro camino y descubrió que realmente le gustaba hacer, la comedia.

Ese año arrendó todas las películas posibles, en especial de terror y comedia, pues su fascinación por el cine fue despertando sus ansias por conocer y confirmar su estilo de trabajo ligado a los cortometrajes. Aunque le costó partir, Sebastián descubrió que por mucha trayectoria que tengan a los actores les gusta actuar y él podía ofrecerles trabajar en cosas más novedosas y con más libertad para improvisar. Su enganche era presentarles un buen guión y grabar en poco tiempo, así consiguió a figuras reconocidas como Fernando Larraín, Alejandra Fosalba y Fernando Godoy, entre otros. “Cuando empecé no había facebook ni twitter pero quería contactar a Eduardo Ravani de Jappening con Ja para hacer ‘Rescate Express’. Así que agarré la guía telefónica y llamé número por número hasta que lo conseguí. Entonces le dije que era un niño y que quería grabar con corto con él. Yo creo que ya no hay excusas, si uno quiere hacer algo sólo debe esforzarse un poco, no hay una fórmula secreta más que las ganas y una buena historia”, dijo Sebastián.

El autor de los cortometrajes “Sicodélica Fortuna”, “Virginidad Sangrienta”, “Repitente 2” y la serie “Avello por siempre” ha sido comparado muchas veces Nicolás López, director al que considera un cineasta consolidado que ha sido un aporte al cine chileno. “Pero siento que me comparen con él solamente porque soy gordo, uso lentes y partí chico, es como si en Estados Unidos compararan a Michael Moore con Guillermo del Toro, el primero hace documentales políticos y segundo cine fantástico”, dijo.

Escribir historias, vivirlas, armarlas y estrenarlas es una labor multifacética que disfruta a fondo Sebastián pues no puede ni quiere imaginarse dedicándose sólo a una cosa. Tampoco quiere estudiar cine, al menos no en Chile ni por cuatro años en el extranjero porque piensa que la carrera universitaria sirve más para quienes no tienen experiencia. Le gusta actuar en sus creaciones pero no es actor, a menos que le guste el personaje, como ocurrió con Gordón en “Mitos y Leyendas”. En la película basada en el juego de estrategias y cartas, el director José Luis Guridi le dio absoluta libertad para improvisar y la oportunidad para conocer un grupo con el cual terminaron formando un equipo de trabajo y lazos de amistad. “Sebadilla es muy talentoso, tiene una capacidad innata de comunicar y un magnetismo tremendo. Yo he trabajado con muchísimos actores, modelos y no modelos haciendo comerciales. He tenido una gran gama de gente para dirigir y sé que él es un gran actor. Súper responsable, metódico, mateo. Siempre se me olvida que tiene 18 años porque es muy maduro”, dijo José Luis Guridi.

Cada día Sebastián es más reconocido, en especial en las redes sociales, pero tiene pocos amigos. En general las relaciones que ha formado con personas mayores porque, según cuentan sus cercanos, él mismo es muy maduro. Pero aún conserva a un amigo del Instituto Alonso de Ercilla. Iñaki o Francois es un verdadero partner que ha acompañado desde el principio en sus ‘frikuras’. El muchacho de cejas pobladas fue el actor más frecuente de Badilla. Y hasta hoy sigue presente e incluso filmó el making off de la película. “Sebastián es súper buen amigo. Creo que le juega en contra su egocentrismo, porque tiende a pensar en él primero. Pero si alguien le pide un favor es súper entregado y responsable. Es de pocos amigos, pero los cuida bien”, dijo Tamy Palma, amiga de Sebastián.

Las personas que han trabajado con él destacan su interés, madurez y profesionalismo. Sin embargo, parece que Sebastián es bastante inseguro. Según su hermano, necesita que aprueben constantemente su trabajo y a veces le cuesta creer que van a salir adelante, en especial cuando en un día no han conseguido nada. Pero Gonzalo lo tranquiliza pues está seguro de que podrán sortear cualquier dificultad que tengan.

Como a Sebastián le gusta trabajar con gente que le caiga bien, le propuso a Guridi dirigir “El limpiapiscinas”. La cinta comenzó como un cortometraje pero al considerar la participación de reconocidos actores incluso en papeles secundarios, en plena preproducción el equipo decidió transformarla en largometraje y Sebastián se encerró un mes para alargar el guión. Ambos comparten una visión parecida y Badilla reconoce en el director la sensibilidad, la genialidad y el training que ha adquirido en veinte años trabajando en publicidad.

Aunque Sebastián ya había tenido una productora llamada Obesos Film, fue con Bufonada que se encaminó seriamente en el cine. El año pasado, le propuso a su hermano Gonzalo el proyecto y juntos formaron una productora destinada a producir y asesorar largometrajes, cortometrajes, proyectos televisivos y para internet. Ellos pensaban que la película los probaría y les daría la experiencia que necesitaban para tocar puertas que antes estaban cerradas. Sebastián escribió pensando en que la película fuera fácil de filmar, tiene cinco locaciones y son prácticamente ocho actores los que protagonizan la historia. Dennise Rosenthal encarna a Nicole, una joven de la cual el personaje de Sebastián Badilla se enamorará pero con la cual no tiene ninguna posibilidad, pues está pololeando con Justin Piege que interpreta a Felipe. “Lo demás son puros diálogos, pura comedia, situación y pura emoción”, afirma Sebastián.

Como muchas de las historias de Sebastián, “El Limpiapiscinas” es su vida. Él tiene una complicidad con los perdedores, los que nunca se quedan con la mina. Se llenó de la pena que significa ser rechazado por amor. Le gusta reflejar a los perdedores porque siente que el mundo está lleno de ellos, de los que se caen, se tropiezan, los que se conforman. “Siempre fui el nerd del curso, ser gordito te hace fácil ese papel. Y con el ganador me refiero al típico rubio que se queda con la chica de los sueños y ni se esfuerza por tenerla”, dijo Sebastián.

La película se encuentra en post producción y se espera que en marzo llegue a varios cines el estreno. “El Limpiapiscinas nos identifica a Bufonada en sí, porque el mensaje que entrega que hay que trabajar y no rendirte para cumplir tus sueños. Sin quererlo, nos identifica a los dos y la productora en sí. Puede sonar demasiado utópico, pero queremos hacer avanzar el cine, es un sueño que compartimos con Sebastián. No hablamos cabeza de pescao’, nos creemos el cuento y que de verdad vamos a llegar lejos. Tenemos una conexión donde yo creo en él y él cree en mí”, dijo Gonzalo.

Además de la película, Bufonada produjo el vídeo clip “Las horas”, de Denisse Rosenthal y esta semana se concretó la producción de “El nuevo” tras ganar los fondos del Consejo Nacional de Televisión. Esta serie de TVN también la dirige José Luis Guridi y Sebastián tiene un papel secundario.

“En el fondo siempre se dijo que en realidad la única gracia de Sebastián era ser gordo. Creo que está dando otra impresión. Ya no es que sea gordo, tenga 17 años y haga bien su trabajo. El cabro chico ya no es tan cabro chico. Él sigue haciendo cosas, continúa impresionando, le está yendo bien y yo creo que le irá mejor”, dijo Tamy Palma, amiga de Sebastián.

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